Antes hablé de que si tienes una buena conexión a internet no necesitas amigos, o al menos así
justificas tu auto marginación.
Esta afirmación es relativamente cierta hasta que un mal día
te ocurre una de las mayores desgracias freaks; tu internet va mal.
Si aún eres nuevo en estas lides, recurrirás al típico
tópico de resetear el ordenador como solución a todos los males habidos y por
haber con respecto a cualquier aparato electrónico.
Si eres un poco más avezado, llamarás al servicio técnico de tu compañía. Como
primer recurso te dirán que hagas lo que previamente ya has hecho; reiniciar
módem, ordenador, cerebro y paciencia. Cuando vean que no hay solución le
echarán la culpa a las condiciones meteorológicas o a que el servicio en tu
distrito está bajo mantenimiento o dificultades técnicas. Todo para acabar en
la misma y desesperante frase: “En unas horas estará solucionado el problema”.
Como ya te has cansado de esperar, escuchar excusas que
hasta el guionista en prácticas de cualquier culebrón de tarde habría mejorado
y el mono te puede, llevas a cabo la práctica masoquista de jugar online con un
estado de señal paupérrimo.
Si ya eras malo intentando ser bueno, imagínate con el
temido lag, también llamado
comúnmente por el resto de los mortales como “el internet me va a saltos”.
Aunque el internet no parece ir a mejor si no todo lo
contrario, juegas durante horas. Y claro, como tu humor es inversamente
proporcional a la calidad de tu conexión, decides dejar de jugar después de
llevar horas sentado aporreando el teclado. Total, no merece la pena estar cabreado con el mundo por seguir jugando
así.
Por otro lado, no te impide meterte en internet y ver alguna
serie u ojear tus redes sociales. Pero ocurre una infeliz coincidencia, ya
estás muy cabreado para jugar pero resulta que tu conexión ya está en
condiciones óptimas para realizar cualquier
tipo de actividad online.
Tu enfado se eleva a la enésima potencia y decides mandarlo
todo al garete y salir de tu habitación a hacer vida familiar, no te queda otra
chaval, el mosqueo ya está masticado pero no digerido.
Y es que como dijo Homer Simpson; “Intentarlo es el primer paso hacia el fracaso”. Así que si tenéis
lag ni lo intentéis porque el título de este post es mentira, el que tiene lag
no ríe ni antes ni después.
Para finalizar, qué mejor que un pequeño consejo de lager experto; NUNCA vuelvas a usar Internet Explorer.
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